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La importante decisión sobre las apps y su seguridad.

Durante los últimos meses, a partir de los fuertes señalamientos por parte de Estados Unidos a China sobre la proliferación de la pandemia y el origen presuntamente irresponsable que tuvo en Wuhan y sus alrededores, iniciaron serias investigaciones que pusieron sobre la mesa (nuevamente) el tema de la “seguridad nacional” y los efectos que tienen las nuevas tecnologías en las dinámicas políticas mundiales.

Ya en el año 2018, Mark Zuckerberg tuvo que comparecer frente al Congreso de los EE.UU. por el escándalo de Cambridge Analytica. La filtración de información es el pan de cada día, y aunque ha habido momentos históricos en los que ha sido notable el escándalo y las consecuencias de las brechas de seguridad, para las grandes empresas el silencio en torno a esos temas es el mejor ambiente para que sigan vigentes y controlandonos.

Cada persona con un dispositivo móvil, no solo tiene la capacidad de comunicarse a cualquier rincón del mundo. También posee en un solo teléfono sensores de gran precisión. Un celular tiene cámara, velocímetro, micrófonos. Pueden captar su ubicación en tiempo real y constantemente están escuchando su entorno, con el fin de “recibir una orden específica” y activar alguna opción (Como OK GOOGLE). Técnicamente son computadoras (algunas ya con inteligencia artificial) que están captando todo a su alrededor.

La velocidad a la que instalamos y desinstalamos aplicaciones en nuestro celulares es tal, que no nos tomamos el tiempo para analizar los permisos que se brindan a cada app para que pueda funcionar en condiciones “óptimas”. 

Para detallar un caso en específico, hace un par de semanas, tras un análisis de la multinacional de ciberseguridad Check Point, encontró serios problemas de seguridad en la app TikTok. Estas brechas de seguridad permitirían a los cibercriminales manipular datos (añadir/eliminar vídeos), alterar la privacidad del usuario (cambiar la configuración de la privacidad de los vídeos de privada a pública) y acceder y extraer datos personales (nombre completo, dirección de correo electrónico o cumpleaños) guardada en estas cuentas.

“Las brechas de seguridad en datos se están convirtiendo en una epidemia, y nuestra última investigación demuestra que las aplicaciones más populares siguen estando en riesgo”, señala Oded Vanunu, jefe de Investigación de Vulnerabilidad de Productos de Check Point.

El problema más grave de este tema consiste en que al ser una app tan popular (es la cuarta app más descargada después de Whatsapp y Facebook) y al mismo tiempo es una fuente increíble de datos personales, por ser una red social.

Todo esto ha hecho que los gobiernos y las grandes corporaciones hayan puesto sus ojos (y sus presupuestos) en bloquear lo máximo posible la utilización de estas aplicaciones ya que se les tilda de ser la herramienta principal de espionaje y manipulación de la opinión pública.

Y con mucha razón. Apple descubrió que TikTok accede fácilmente a la información del portapapeles de nuestro dispositivo, lo que quiere decir que todo lo que copiemos/cortemos y peguemos en el celular, se comunicará a TikTok inmediatamente, como nombres de usuario y contraseñas.

Ya en enero de 2020 el Pentágono había solicitado a sus empleados y personal relacionado, eliminar la aplicación de TikTok de sus teléfonos al detectar una “posible filtración de información por parte de hackers directamente relacionados con la app de videos”. A partir de allí el gobierno de los Estados Unidos comenzó a hablar sobre la posibilidad de prohibir la aplicación en territorio estadounidense.

Se entiende que muchas apps y plataformas en internet, lidian a diario con problemas de seguridad que deben resolver rápidamente, ya que amenazan su integridad y confiabilidad, pero durante el último año ha habido demasiados problemas y descubrimientos en el tema de seguridad que incluyen a TikTok y que generan una gran incertidumbre y porque no, una feroz sospecha de lo que desean adquirir con nuestros datos.

También cabe pensar sobre el protagonismo de otras aplicaciones y redes sociales en el mismo sentido, ya que no es la única que solicita amplios permisos en nuestro celular y que tiene acceso a fotografías, videos, ubicación geográfica, mensajes de texto y un largo etcétera. Tal vez valga la pena analizar cuál es el papel que estamos jugando en el entramado que conforman los sistemas de big data, con inteligencia artificial y grandes cantidades de procesamientos. Es ahora de hacer más palpable el hecho que cuando un producto o servicio es gratis, el producto realmente somos nosotros, o mejor, nuestra información personal.